eXpedición BONAIRE

Bonaire, Noviembre de 2010

Cuando estuve listo para pintar bajo el mar la primera opción, la primera oportunidad de viaje, el primer destino que surgió fue Bonaire. Y Bonaire, dada sus condiciones generales de buceo, era el lugar ideal para comenzar. Buceos ilimitados, muy buena visibilidad, temperatura más que agradable, y paisajes subacuáticos realmente inspiradores formados por una barrera de coral que
se proyecta, en algunos lugares, hasta pocos metros de la costa.
Bonaire es un Parque Nacional, una gran Reserva y como tal antes de ingresar es requerido tener una charla informativa acerca de las normas y los cuidados que hay que tener para, en este caso, poder bucear.
Quien nos impartió la charla me reconoció del viaje anterior, sobre todo porque habíamos tenido un incidente con un pulpo por el cual tuvimos que ir a declarar y demostrar nuestra inocencia.
—Riva, otra vez por acá —me dijo en tono cordial, de bienvenida.
—Este lugar es para regresar todos los años —le respondí—, pero esta vez es diferente: vengo para bucear y también para pintar... bajo el mar —agregué por lo bajo.
Se sonrió y siguiendo la corriente del supuesto chiste me dijo:
—Si, no hay problema, usted puede hacer lo que quiera.

Luego de transcurridos algunos días tuve un llamado de atención, esta vez como era de esperar era por pintar bajo el mar. Después de supervisar toda la operación de buceo y de verme pintar me autorizaron para que continúe haciéndolo ya que no producía ningún tipo de contaminación.
De todas las cosas que sucedieron, creo que, la más importante fue que el mar se lo tomó muy bien, le gustó la idea de pintar. Regresé con once obras en su mayoría bien logradas, con muchísima experiencia y con el inconfundible sabor en la boca que se siente cuando uno logra sobreponerse a las cosas: había realizado oficialmente mi primera obra bajo el mar antes de cumplir cuarenta años.

OBRAS

FOTOS

VIDEOS